Habitualmente pensamos en la vida como el opuesto a la muerte, y viceversa, la muerte como lo opuesto a la vida. Pero en realidad la muerte es lo opuesto al nacimiento, porque la vida no tiene opuesto. La vida es energía, y la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma.

Por eso, toda vida es siempre eterna.

En las sociedades occidentales se nos enseña a pensar en la muerte como lo opuesto a la vida. Pero si tomamos conciencia de que la vida es energía y la energía no se crea ni se destruye, entendemos que LA VIDA no puede dejar de existir, solo puede transformarse. Toda experiencia vivida a lo largo de nuestra trayectoria evolutiva, todo aquello que hemos aprendido, desarrollado y aprendido en esta y en otras vidas, va quedando impreso en nuestros cuerpos sutiles. transforma nuestro sistema de creencias y nos hace libres.

Una amiga terapeuta y sanadora, comentaba en un curso que cuando estuvo viviendo en Tailandia le sorprendía lo mucho que la gente sonreía por la calle; cuando preguntó a las personas que conocía cuál era el motivo de esas sonrisas, le dijeron que era porque sabían que había otras vidas y que lo que no tuvieran o consiguieran en esta vida lo tendrían o podrían hacer en otra. Entender que la muerte no existe, que ya hemos muerto y hemos vuelto y que las personas que amamos solo dejamos de verlas físicamente durante un tiempo nos hace más libres y nos da paz, al transformar nuestro sistema de creencias. La terapia regresiva es una poderosa herramienta que nos permite perder el miedo a la muerte y expandir nuestra conciencia para acceder a la sabiduría de nuestra alma.

El prestigioso psiquiatra norteamericano Brian Weiss, tuvo la experiencia de una paciente que durante una sesión de terapia tradicional empezó a recordar vivencias de una vida pasada y encontró en esas secuencias el origen de los traumas que sufría. A pesar de su escepticismo inicial, Weiss narró esa experiencia en su libro Muchas vidas, muchos maestros, que se convirtió en un best-seller, ofreciendo una visión más profunda de la vida y de la muerte a innumerables personas

Observando miles de veces que mis pacientes encuentran seres queridos en vidas pasadas, reunidos de nuevo en su vida actual, o recibiendo mensajes del otro lado, sé que nunca estamos solos. Estamos unidos juntos a lo largo de toda la eternidad. Lamentamos la pérdida física, pero nuestras almas nunca están separadas
BRIAN WEISS